martes, 4 de octubre de 2011

Compartiendo la vida misionera Boletín 5 - Octubre de 2011

Por gracia de Dios estamos compartiendo, desde hace un tiempo esta experiencia de misión: los sueños, las esperanzas, las alegrías, las tristezas… la vida.
          En este caminar y en especial, en este mes de las misiones, queremos hacerles llegar nuestra gratitud y la de nuestros hermanos angolanos, por tanta generosidad. La presencia que sentimos de todos ustedes, principalmente a través de la oración, así como también el aporte que realizan para proyectos o padrinazgos de niños.
          Sabemos que el esfuerzo de cada uno, hace posible que estemos concretizando algunos de los proyectos de la Red Solidaria Para Angola. Una red, que gracias a la acción del Espíritu Santo, está creciendo y fortaleciéndose.
          En este último tiempo, se han sumado colaboradores de distintas partes del país, luego de que apareciera una publicación en “La hojita Del Domingo”; por lo que, aprovechamos para darles la Bienvenida!
          Aquí, en Luena, nos encontramos con una sociedad bien polarizada en cuanto a la economía, hay poca gente con mucho dinero y muchos con nada. Las condiciones de vida son más que desfavorables. No se cuenta con funcionamiento regular de energía eléctrica, las poblaciones por lo general, viven a base de luz de velas. El tema del agua es uno de los que mas nos preocupa, porque las ciudades no tienen agua potable. En toda la extensión de la provincia, la población no consume agua tratada. Por todo esto las comunidades sufren de enfermedades como diarreas, fiebres diversas y dolencias respiratorias; siendo los niños la población más desfavorecida.
Los índices de analfabetismo son realmente alarmantes: el 58% entre los adultos, 68% entre la población menor de 19 años, 80% entre jóvenes y adultos del área rural. En todos los casos la mayoría son mujeres, ya que tienen menos probabilidad de escolarización, porque los mismos hombres creen que ellas no tienen capacidad para aprender, sólo deben ocuparse de atender a las crianzas, a ellos y los trabajos de la casa, como cultivar la labra y acarrear el agua. En las aldeas es aún más difícil porque  estas dos últimas tareas, implican caminar, a veces más de 2 km diariamente. Es común encontrarse en el camino a la mujer, que generalmente esta embarazada, con una crianza en las espaldas y en la cabeza un fuentón con mandioca, fruto casi exclusivo de cultivo.
          Como iglesia diocesana, en este sentido hay un compromiso concreto en procura de la promoción de la mujer y de garantizar, en alguna medida el acceso a la educación. Hay una comisión para ello PROMAICA, Promoción de la Mujer Angola Católica, que organiza cursos de diferente tipo (culinaria, decoración, etc) orientados a ofrecer capacitación a las mujeres de distintas edades. Además, en cuanto a la educación, existe un convenio con el gobierno, en el que como Iglesia, acompañamos la formación de los alfabetizadores y les proporcionamos del material necesario para esta actividad, y el gobierno les entrega un subsidio. Compromiso que no siempre se cumple en tiempo y forma, pero como la mayoría de los alfabetizadores son catequistas, referentes comunitarios, esta tarea resulta una verdadera misión para ellos.
          Este trabajo lo realiza el equipo móvil de formación, que integramos junto con un traductor, ya que muchas veces es necesario porque en las comunidades la mayoría hablan chokwe (idioma compartido por varios pueblos originarios de la región); vamos a cada comunidad por 10 días, haciendo de mañana formación para alfabetizadores y de tarde formación para catequistas.
Con mucha alegría compartimos que en nuestra última salida, que fue a Lewa, una comunidad ubicada a 62 km de la ciudad de Luena, de los 10 alfabetizadores que participaron de la formación, 2 eran mujeres. La cantidad de alfabetizando que concurren a clases son: 155 mujeres y  108 hombres.
           
A continuación compartimos dos testimonios de alfabetizadores, que nos impulsan a dar gracias a Dios por tantas bendiciones!!!

“Cuando yo era pequeño pensaba mucho en ser un profesor, más en este momento soy un alfabetizador.
            En 2009 recibimos un aviso que la Iglesia necesitaba formar alfabetizadores. Participamos con los catequistas de comunidades católicas de nuestro municipio.
             En todos estos años estamos realizando este trabajo en 10 comunidades de nuestra parróquia.
            Para mí, es una alegría. Espero continuar con este proyecto hasta el fin. Agradecido”
                                                            Pedro Mateus Tenente


“Doy gracias a mi Padre Celestial, que me concedió esta grande gracia de unir ser catequista y profesora de adultos, en la comunidad Sagrado Corazón de Jesús. Parróquia Santa María. Lewa”
María Bela


Gracias!!! Unidos en oración

Cristina y Patricia